DAVID GUETTA EN MDF 2011

Sólo DJs muy privilegiados han conseguido estar en el número 1 mundial y mantenerse en la cresta de la ola. A lo largo de los años, esas superestrellas planetarias de la música de baile han llevado nombres como Todd Terry, Carl Cox, Sasha, Tiësto, Richie Hawtin o Danny Tenaglia, todos ellos adictos a ritmos diferentes pero con algo en común: una dedicación completa a su oficio, un trabajo disciplinado y constante, la capacidad de atraer la atención de un público masivo y, en algunos casos, la virtud de cambiar las reglas del juego.

En ese tablero mundial de la música dance, quien domina la partida en estos momentos es un francés de cabellera rubia y trayectoria dilatada que responde al nombre de David Guetta. Su especialidad es el house enlazado directamente con el pop y el hip hop, un tipo de sonido que ha sido definido como comercial pero que entronca con una larga evolución de dos décadas de trabajo en las que Guetta ha seguido una línea coherente. Sus orígenes están en la escena hip hop parisina de finales de los años 80, aunque muy rápidamente descubrió la música rave y comenzó a entrar en el house, un estilo que, en aquella época, estaba muy vinculado al rap. Héroe local en Francia, su conquista del mundo comenzó por Ibiza, donde empezó a promover las fiestas F*ck Me, I’m Famous! hasta convertirlas en las más concurridas y exitosas de la isla.

Tras el declive del trance como sonido más popular de la esfera dance, el house vocal de Guetta comenzó a tomar el relevo. En su origen, tenía una raíz garage y tribal –la que se escuchó en proyectos pasados como Africanism y Moné–, pero poco a poco fue aproximándose al pop y al R&B de éxito. En álbumes como “Guetta Blaster” (Virgin France, 2004) y “Pop Life” (Virgin, 2007) se anticipaba el cambio que cuajó del todo en “One Love” (Virgin, 2009), un disco que todavía sigue desgranándose en singles y en el que hay colaboraciones vocales de una constelación de estrellas del actual pop negro: Kelly Rowland (ex Destiny’s Child), Kid Cudi, Akon, Will.I.Am (Black Eyed Peas).

La edición de “One Love”, su éxito de ventas internacional y, sobre todo, su entrada en el mercado americano, son los factores que han puesto a Guetta en la cúspide del dance global: no sólo por las ventas y la legión de fans que ha cosechado, sino porque el tipo de producción condensado en ese LP es el que ha acabado influenciando a la última hornada de hits pop en Estados Unidos: no se puede entender el camino emprendido en sus últimos trabajos por Rihanna, Britney Spears, Lady Gaga o Tayo Cruz sin admitir que el “estilo Guetta” ha calado como la auténtica fórmula de éxito del momento. La novedad de Monegros Desert Festival, pues, será un veterano curtido en mil batallas y con un currículum indiscutible con la capacidad, aún, de transformar lo que toca en oro puro.

[Nota de prensa]